Buena parte de la entrevista preparada en clase se centró en preguntas que partían de fragmentos seleccionados por alumnos y profesora, como estos:
Hemos
leído, Eloy, que escribes las historias desde el final. ¿También sucedió con Invisible?
Empezamos entonces por el
final:
“Que nunca dejéis de buscar
vuestra Luna ni vuestro dragón”
Es
innegable que debemos buscar, encontrar y guardar como un tesoro en nuestras
vidas a una persona como Luna, pero ¿piensas que todos debiéramos llevar un
dragón guardaespaldas?
“Los
niños pequeños fabrican continuamente amor sin condiciones”
¿En
qué momento dejamos de fabricarlo? Esto es como ¿en qué momento deja de ser
divertido?
“Lo
que aún no sabe es que no es ella quien se está tatuando un dragón en la
espalda, sino que es el dragón el que ha encontrado un cuerpo sobre el que
poder vivir”
El
momento en el que la profesora de Lengua habla con su dragón delante del acosador
es muy impactante, especialmente para él y, por supuesto, también para el
lector. ¿Por qué pensaste concretamente en un dragón para tatuarlo en la
espalda de ella?
“Es curioso cómo un pequeño
detalle puede haberlo cambiado todo. Si aquel día las mesas hubieran estado
distribuidas de otra forma, si hubiera faltado alguien, si se hubiera equivocado
al leer la lista…”
¿Crees en el destino, Eloy?
“Mientras no me toque a mí, no
es mi problema”
Esta sentencia es una filosofía
de vida para muchas personas ¿Falta mucha empatía en el mundo, ¿verdad?
¿Quién no ha deseado alguna vez
ser invisible?
¿Quién no ha deseado alguna
vez dejar de serlo?
¿Has deseado invisible alguna
vez?
“Os
aseguro que, aunque ahora os riais de los empollones, no será nada comparado
con lo que se reirán ellos de vosotros dentro de unos años”
Hemos
leído que piensas, con toda la razón del mundo, que hemos de recuperar la
cultura del esfuerzo. ¿Precisamente porque no la tenemos presente están tan
denostados y perseguidos los empollones? Y, por cierto, vaya una palabra más
fea y despectiva…
“Es curioso cómo un pequeño
detalle puede haberlo cambiado todo”
¿Cuál fue ese pequeño detalle
que le cambió la vida a Eloy Moreno?
“A
veces basta con no hacer absolutamente nada”
“Porque
este dragón apareció cuando yo quería desaparecer”
“Un erizo
que hace daño en el estómago cada vez que digo una mentira o cada vez que
escondo alguna verdad”
Ese erizo
es una sensación que todos hemos podido sentir alguna vez. ¿Los animales le
parecen la mejor imagen para definir metafóricamente los sentimientos y sensaciones?
“Al final me di cuenta de que
podía más el miedo que el amor”
¿Puede
más el miedo que el amor? ¿Tal vez porque el primero paraliza?
“Pensé que todo superhéroe
tiene su villano y a mí me ha tocado luchar contra él”
¿Alguna
vez se ha sentido superhéroe y ha sabido reconocer a su villano?
“No
hay peor miedo que la incertidumbre de no saber lo que le ha pasado a un hijo”
¿Has
experimentado alguna vez este miedo? ¿Tienes hijos?
Le
dije algo que no me atrevería a decirle si ella estuviera despierta:
"mamá, te quiero" (página 29)
¿Por
qué somos tan pudorosos para expresar nuestros sentimientos? Sobre todo, en
épocas anteriores, más que en los tiempos actuales…
Consecuencias:
"los actos tienen parte trasera"
Por
supuesto, el didactismo está muy presente…
¿Y yo?
Una
pregunta que nace desde esa parte del amor que a veces se mancha de odio. Una
pregunta que llega cuando alguna de esas mariposas que revolotean en el
estómago dejan de hacerlo.
Una
pregunta que, inevitablemente, siempre implica un nosotros.
En esa
pregunta se hace carne el egoísmo del ser humano…
"No
existe el amor sin miedo"
“El
corazón se sale por amor y por miedo”
“El
miedo que nace de la locura”
El
miedo está muy presente en el libro ¿Miedo a qué o de qué?
¡Qué fácil sería el mundo si solo hubiera una verdad!
¿Cuál
habría se ser esa verdad?
Demuestras
conocer muy bien el sistema educativo. ¿Es fruto de la documentación o es
porque conoces a profesores que te cuentan su día a día en su profesión? Bueno,
la experiencia como estudiante también es un grado…
(Al
vago se le valora más, la esperanza de que falte el profesor al examen, su
delito era hacer cálculos de memoria, sobresalientes versus puñetazos, los
mismos apuntes de Historia de hace 20 años, acoso como “cosas de niños”: cosas
de niños dibujadas en su espalda, mantener la buena fama del centro, ironía de
los murales sobre la paz colgados en las paredes…)
La violencia
de quien mira y no hace nada.
Esa es
una violencia encubierta…Porque “duele más la vergüenza que los golpes”
¿Piensa
que tantas charlas, tantos trabajos que se hacen el día de la paz, etc., se
hacen en balde?
Hablando
del sistema educativo, volvemos al tema que en alguna ocasión has dicho que “el
problema es que hoy no hay cultura del esfuerzo. Lo ves en muchos colegios,
donde nadie se esfuerza por nada. Si algo no lo puedes tener en cinco minutos,
ya no lo quieres. Y la vida no funciona así. Las cosas que realmente quieres
hay que esforzarse por ellas. Y eso cuesta tiempo, sucede poco a poco, como me
pasó a mí. Hay que recuperar la cultura del esfuerzo que tenían nuestros padres”.
¿Cómo
recuperamos esa cultura si las leyes educativas solo vuelcan el esfuerzo en el
profesorado que es el que tiene que facilitar al máximo el camino al alumnado
para que consiga resultados con poco o ningún esfuerzo?
Los
momentos no se pueden comprar con dinero.
Es un buen
mensaje para estas generaciones tan materialistas…
Sin
embargo, a MM le han enseñado en casa que “todo se arregla con dinero”.
Incluso
los villanos necesitan de vez en cuando un abrazo.
Esta
frase me recordó al cuento de Kirikú y la bruja Karabá. “La bruja es mala
porque tiene mucho daño dentro”.
Precisamente
a lo mejor son villanos porque están faltos de abrazos. ¿No crees?
Es lo
que tiene la mente, que puede causar un dolor infinito basándose solo en la
nada.
¿Es la
mente nuestro peor enemigo?
Compensar
con recuerdos la maldad del mundo.
¿Los
recuerdos nos pueden salvar en un momento dado?
Seguro que sí, los recuerdos pueden ser salvadores...Como recuerdo de aquel bonito encuentro quedan estas fotos...