Érase una vez una biblioteca que estaba conectada
a un Portal de Belén…
En aquella misma región había unos pastores que
pasaban la noche al aire libre, velando por turno su rebaño. De repente un
ángel del Señor se les presentó; la gloria del Señor los envolvió de claridad,
y se llenaron de gran temor. El ángel les dijo: “No temáis, os anuncio una
buena noticia que será de gran alegría para todo el pueblo: hoy, en la ciudad
de David, os ha nacido un Salvador, el Mesías, el Señor. Y aquí tenéis la
señal: encontraréis un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre”. De
pronto, en torno al ángel, apareció una legión del ejército celestial, que
alababa a Dios diciendo: “Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los
hombres de buena voluntad”.
(Lc 2,1-14)
El pesebre estaba hecho de libros que arropaban cálidamente
al Niño Jesús. Y el instituto Itálica convivía con su nacimiento y con el taller
de pintura de Bartolomé Esteban Murillo, quien nació una noche de Fin de Año de
hace 400 años. Y un taller de imprenta y encuadernación estaba alumbrando
ejemplares de La Celestina, El Libro de buen amor, Don Quijote de la
Mancha o La ciudad de los prodigios.
Y las palmeras rebosaban letras que mezclaban épocas unidas por la lectura siempre
atemporal de clásicos universales…Y una pasarela mantenía vivo el cordón umbilical que unía la biblioteca con el Portal...
Toda una delicia que conjuga la magia de los libros
con el misterio del nacimiento de Jesús de Nazaret…Porque todo es posible en la biblioteca del IES Itálica de Santiponce…